Bolivia en la encrucijada

Editorial
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger


Desde la renuncia de Evo Morales en 2019, Bolivia ha vivido un periodo de intensa inestabilidad política y social. La transición del Gobierno interino de Jeanine Áñez, el retorno del MAS con Luis Arce y los recientes eventos protagonizados por el general Juan José Zúñiga reflejan un país profundamente dividido.

En toda una cronología de sucesos inestables y que amenazan la democracia, se constituye la realidad que vive Bolivia, acontecimientos que son recordados ahora con el reciente intento de golpe de Estado,  liderado por el destituido comandante general Juan José Zúñiga  el pasado 26 de junio.

En noviembre de 2019, Evo Morales renunció a la presidencia de Bolivia tras semanas de protestas y acusaciones de fraude electoral en los comicios de octubre de ese año. La Organización de Estados Americanos, OEA, publicó un informe señalando irregularidades en el proceso electoral, lo que exacerbó la crisis; la renuncia de Morales fue seguida por su salida del país, primero a México y luego a Argentina.

Jeanine Áñez asumió la presidencia interina el 12 de noviembre de 2019, en medio de un vacío de poder y enfrentamientos violentos en las calles. Su gobierno estuvo marcado por una fuerte represión a las protestas de los partidarios de Morales y la implementación de políticas que fueron vistas como un intento de revertir las medidas de la administración anterior.

La gestión de Áñez fue controvertida y enfrentó críticas tanto internas como internacionales por la violación de derechos humanos y el uso excesivo de la fuerza.

En octubre de 2020, Bolivia celebró nuevas elecciones generales, en las que Luis Arce, del Movimiento al Socialismo, Mas, el partido de Morales, obtuvo una contundente victoria en la primera vuelta. Arce asumió la Presidencia el 8 de noviembre de 2020, prometiendo restaurar la estabilidad económica y política del país.

El retorno del Mas al poder no estuvo exento de tensiones. Los partidarios de Áñez y otros grupos opositores manifestaron su descontento, temiendo un regreso a las políticas de Morales; sin embargo, Arce se esforzó por mantener un tono conciliador y centrarse en la recuperación económica, especialmente ante los desafíos impuestos por la pandemia de la Covid-19.

El periodo entre 2021 y 2023 estuvo caracterizado por continuas tensiones políticas y conflictos sociales. El gobierno de Arce enfrentó múltiples desafíos, incluyendo acusaciones de persecución política contra miembros de la oposición y conflictos con sectores como el indígena y el cocalero, que en ocasiones se sintieron traicionados por el Mas.

Las protestas y los bloqueos de carreteras fueron comunes, con demandas que iban desde mejores condiciones laborales hasta la autonomía regional y la polarización política se profundizó, con una oposición fragmentada pero persistente que buscaba debilitar al gobierno.

El 26 de junio, Bolivia se vio sacudida por un intento de golpe de Estado liderado por el comandante general Juan José Zúñiga.

Zúñiga, un alto mando militar con un historial de críticas al gobierno del Mas, intentó derrocar a la Administración de Luis Arce, alegando corrupción y mala gestión; las primeras horas del golpe fueron caóticas, con enfrentamientos entre fuerzas leales al gobierno y los golpistas en la ciudad de La Paz.

El intento de golpe fue rápidamente condenado por la comunidad internacional, incluyendo a la OEA y la ONU, que instaron al respeto por el orden constitucional.

Las Fuerzas Armadas y la Policía, en su mayoría, se mantuvieron leales a Arce, y el golpe fue sofocado en menos de 24 horas. Zúñiga fue arrestado y enfrentará cargos por seducción de tropas y atentados contra el presidente y otros dignatarios de Estado.



Más Noticias de esta sección