Una vez que se acerca la época de la navidad, en los corazones de las personas se experimenta un cambio de actitud procedido por alegría, entusiasmo, cordialidad y fraternidad entre todos los miembros de la sociedad; sin distingo de color, raza, religión, filosofía ni estrato social.
El espíritu de la navidad se siente y se percibe en todos los ámbitos de la sociedad colombiana y en general, casi que en el mundo entero.
La navidad es una época de paz, de regocijo, tranquilidad, de reconciliación y de unidad familiar; que está ligada a la tradición cristiana y a una creencia religiosa, lo que le da un sabor o carácter pagano, porque la mayoría de las familias por tradición, se acogen a ciertas prácticas cultuales típicas de la época navideña, como la elaboración de un árbol de navidad que simboliza la prosperidad, y una luz de esperanza para que el nuevo año venga cargado de paz y prosperidad; La realización de las novenas navideñas en las que se recuerda el origen y nacimiento de Jesucristo, personificado por la imagen de un tierno niño procedente de las entrañas de María, en un humilde corral rodeado de animales, en la población de Belén; la repartición de regalos o aguinaldos para los niños, supuestamente por Papá Noel , un personaje procedente de la cultura gringa; la compra de ropa nueva para esperar la navidad y el año nuevo; el arreglo de las viviendas; la realización de una cena de noche buena, una comida especial que se prepara el 24 de Diciembre, cuyo sentido busca la unidad familiar y la fraternidad con las amistades; grandes festejos y celebraciones ingiriendo bebidas alcohólicas y festejos inapropiados que ridiculizan esta memorable fiesta navideña. Pero se olvidan de lo más importante que es aprovechar este momento propicio para la comunión con Dios, para darle las gracias por el regalo de la vida, por liberarnos del pecado y para pedirle que sea él quien organice nuestras vidas y nos proteja de todo mal…
La tradición es un elemento importante porque enriquece la dimensión cultural de todas las comunidades del mundo, dándoles una identidad propia a cada región; por eso este elemento debe estar presente en estas festividades navideñas, al igual que la fe cristiana que alimenta y sustenta el fundamento de toda religión.
El cristiano si debe celebrar la navidad, pero con decoro, en forma moderada, con sensatez y sin excentricidades; y lo más importante de todo, asistir a las iglesias y/o grupos de oraciones para orar con devoción, fervor y mucha fe, para dar gracias al rey de la creación por todas las bendiciones recibidas y, sobre todo por habernos enviados a Jesucristo a la tierra, para redimirnos del pecado, darnos ejemplo de evangelización y de humildad, de sencillez; y prepararnos para el camino de la santidad, para poder entrar al reino de Dios.
La fiesta navideña se vive en dos grandes momentos: La pre- navidad, que es el Adviento o tiempo en que los cristianos se preparan para celebrar el nacimiento del niño Dios o bien sea la venida de Jesucristo a la tierra, acto representado por un pesebre cuyo actor principal es un inocente niño rodeado de animales; y la post navidad, que corresponde a la Pascua, que es una época de alegría y regocijo por el nacimiento del niño Dios. Por esto el pueblo cristiano celebra con fe y devoción este magno acontecimiento.
En medio de todas estas celebraciones navideñas, queda un gran interrogante en las mentes y en los corazones de miles de cristianos y creyentes: ¿Por qué las personas esperan la época navideña para arreglar sus casas, comprar ropa nueva, obsequiar regalos; y lo más importante, trasmitir alegría, entusiasmo y aprovechar la ocasión para el arrepentimiento y la reconciliación con parientes y amigos…? Siendo que cualquier época el año es propicia para realizar estas grandes e importantes manifestaciones afectivas que elevan el autoestima a las personas.
¡Feliz Navidad¡ para los lectores asiduos de EL INFORMADOR y en general para todas las personas de Santa Marta, de Colombia y del mundo entero.