EL Departamento Nacional de Planeación (DNP), dio a conocer los resultados de la Medición de Eficacia Municipal, vigencia 2022. En este, Santa Marta, no solo fue calificada como de rango “crítico” (puntaje <40), sino que, al compararse su desempeño con el resto de ciudades capitales del país, ocupó el último lugar. El objetivo de esta medición, es “[…] establecer el nivel de cumplimiento de las administraciones territoriales con relación a las metas de producto definidas en los planes de desarrollo […]”, (DNP, 2023). La medición, se calcula a partir de los reportes que los municipios presentan anualmente. Así las cosas, este deshonroso lugar no admite las acostumbradas teorías conspirativas de que, los gobiernos del “cambio” son víctimas del bloqueo del Gobierno Nacional o del acecho de “clanes” enemigos. Tampoco admite, que la ciudadanía insista en ignorar una realidad de la que ha sido notificada: Santa Marta, está en manos del gobierno más ineficaz del país. Su “cambio”, ha consistido en pasar de mal a peor.
El resultado reportado ha sido el peor durante este período gobierno, sin embargo, los años anteriores no sirven de consuelo. Todo lo contrario, confirman que la mediocridad ha sido la protagonista de la gestión pública en el Distrito. Durante las vigencias de 2020 y 2021, el índice de eficacia de la ciudad fue calificado como “bajo” (puntaje ≥40<60), mientras que en el mismo periodo, el desempeño de ciudades vecinas como Barranquilla, Cartagena y Riohacha, osciló en los rangos “sobresaliente” (puntaje≥ 80) y “satisfactorio” (puntaje≥70<80).
La Medición de Eficacia, se compone de la evaluación de la gestión de 18 sectores, entre los cuales, preocupa por su impacto social y económico para la ciudad, la baja ejecución en: Vivienda (2.7%), Comercio, Industria y Turismo (6.78%), Educación (28.79%), Sector Salud y Protección Social (30.25%) e inclusión Social (27.27%), cuyos pobres resultados, fueron consecuentes con el desempeño local respecto al nivel nacional.
Inevitable preguntarse ¿cómo este Gobierno Distrital, se atribuye logros de ciudad, si sus resultados demuestran lo poco o nada que ha hecho por gestionar las soluciones de los principales problemas de esta? Ejemplo de ello, la respuesta de la alcaldesa ante la noticia de que Santa Marta, se ubicó en el top 5 de destinos más sostenibles, según Booking. Este ranking, se establece según el número de propiedades certificadas con sello de sostenibilidad dentro de la plataforma. No obstante, este sello es producto de la gestión particular de los propietarios, la alcaldesa, no dudó en manifestar: “¡Santa Marta es el 4to destino más sostenible del mundo según Booking! Es la primera vez que un destino colombiano entra en este top 5. Los Gobiernos del Cambio hemos trabajado en equipo con los prestadores de servicios turísticos para fortalecer el turismo de forma responsable y nos enorgullecen estos resultados”.
Forzoso preguntar: ¿Alcaldesa, cómo su gestión contribuyó en este logro para el turismo, si a pesar de ser este el principal sector económico del territorio, su gobierno solo ha ejecutado de su Plan de Desarrollo (en tres últimas vigencias) el 18.18% (2020), 9.18% (2021) y 6.78% (2022)?
Lo que sí debería atribuirse alcaldesa, y además asumir, es la responsabilidad del detrimento de aspectos socio-económicos, que hoy ubican a Santa Marta en el nivel nacional como la tercera con mayor pobreza (51.6%), cuarta en informalidad (64%), mayor número de bloqueo de vías y una de las 50 ciudades más inseguras del mundo (puesto 37).
Además de la ineficacia del Gobierno Distrital, los resultados de la Medición, evidencian que el turismo ha sobrevivido a este. Si con una gestión pública tan adversa, con esfuerzo del sector privado se logró avanzar en el posicionamiento de la ciudad como destino turístico internacional, ¿qué no se lograría con el respaldo de un gobierno local eficaz?
Parafraseando a García Márquez: al ritmo de ejecución de los “gobiernos del cambio”, Santa Marta, necesitará quinientos años más para tener una segunda oportunidad sobre la tierra.
