El presidente ruso, Vladimir Putin, intervino para confirmar que todos los autores materiales del ataque habían sido detenidos.
En un comunicado emitido a través de la red social Telegram, el grupo terrorista Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad del atentado ocurrido en la sala de conciertos Crocus City Hall, ubicada en las afueras de la capital rusa. El incidente ha dejado al menos 133 personas fallecidas y más de un centenar de heridos, según datos publicados por el Servicio Federal de Seguridad (FSB).
Según informes oficiales, el tiroteo ocurrió en la ciudad de Krasnogorsk, al noroeste de Moscú, momentos antes de que comenzara un concierto del grupo de rock Piknik. Un grupo de hombres armados abrió fuego indiscriminadamente en el recinto, causando numerosas víctimas.
El presidente ruso, Vladimir Putin, intervino para confirmar que todos los autores materiales del ataque han sido detenidos. Además, señaló que estos individuos planeaban huir hacia Ucrania y que las autoridades están trabajando para identificar a los organizadores del ataque.
La comunidad internacional ha condenado enérgicamente este acto de terrorismo. El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, expresó su solidaridad con las víctimas y sus familias, mientras que el presidente de Israel, Isaac Herzog, transmitió sus condolencias al pueblo ruso y a sus dirigentes.
Este ataque representa uno de los episodios más mortales en la historia reciente de Rusia en relación con el terrorismo. Desde que el Estado Islámico comenzó a reivindicar acciones en suelo ruso en 2015, el país ha enfrentado una serie de ataques yihadistas en diversas regiones, cobrando vidas y sembrando el temor entre la población.
El atentado en la sala de conciertos Crocus City Hall es un sombrío recordatorio de la persistente amenaza que representa el terrorismo internacional y la necesidad urgente de una cooperación global para enfrentar y prevenir tales atrocidades en el futuro.
